En los últimos años ha aumentado casi exponencialmente el número de estaciones de servicio con el modelo ‘low cost’, gasolina barata, y ciertamente muchos se preguntan si el combustible de bajo coste que distribuyen es perjudicial para el motor de sus vehículos, o no. Porque esto no es en todos los casos así.
La gasolina barata no es perjudicial, pero…
Con el mes de febrero, el precio del combustible ha vuelto a aumentar; en pequeñas dosis, sí, pero es una circunstancia que vuelve a repetirse. Es así que ahora son muchos los que optan por la opción más económica, si bien sigue habiendo casos en los que también se elige una opción más premium.
Pero es innegable que en la actualidad, las gasolineras low cost forman parte de nuestra vida y nos permiten ahorrar un buen puñado de euros al echar combustible. En un depósito de 50 litros nos podemos ahorrar entre 6 y 8 euros en este tipo de surtidores, pero… ¿son perjudiciales para el motor?
La respuesta es no, pero con matices. O lo que es lo mismo; no por usar gasolina barata nuestro coche se va a resentir, pero sí que es posible que dependiendo de lo que pueda llevar esa gasolina el motor sufra algún tipo de avería.
Será un repostaje de menor calidad
Como tal, las gasolineras ‘low cost’ comenzaron a proliferar en nuestro país a partir de 2013, a raíz de la aprobación de la nueva Ley de Hidrocarburos. La normativa promociona la competencia y la liberalización del suelo destinado a estaciones de servicio de combustible.
Desde entonces, las gasolineras automáticas han pasado a formar parte del paisaje urbano, sobre todo en zonas industriales y centros comerciales donde suele haber una gran afluencia de transportistas y particulares, las cuales muchas pertenecen a compañías pequeñas, o incluso medianas, aunque no son pocos los negocios de pequeñas empresas, cooperativas o incluso particulares
Es así que el continuo alza del precio de los carburantes en el último año, que ha superado todas las expectativas, ha empujado a muchos a probar esta opción, que por regla general, nos permite ahorrar unos 12-18 céntimos por litro. Si llenamos un depósito de 60 litros, estamos hablando de entre 7 y 11 euros según la gasolinera.
Así, y ofreciendo un carburante más económico que el de las grandes marcas, la pregunta que se hacen muchos es si este tipo de combustible es de peor calidad y si eso puede afectar al motor del vehículo. Hablamos de sus aditivos. Porque, aunque la base del carburante es la misma en todas las estaciones de servicio, hay que tener en cuenta que la gasolina barata no cuenta con los aditivos de la gasolina normal. Esto supone, en el mismo sentido, que el repostaje sea de menor calidad y que probablemente vayamos a tener que hacer una parada para cargar el tanque antes.
La clave está en los aditivos
Y es que los aditivos son productos químicos que añaden alguna característica concreta al combustible. Por ejemplo, pueden conseguir mantener limpios los conductos u obtener un mayor octanaje (como hacen en la Fórmula 1), mientras que hay otros que incluso prometen prolongar la vida del motor, aumentar la eficiencia de combustión o contaminar menos.
En esas, contamos entonces con diferencias sutiles que no tienen por qué conllevar, ni tan siquiera a largo plazo, daños para el motor de un vehículo puesto que, salvo por errores, negligencias o estafas, todas las gasolineras deben cumplir con la estricta normativa europea y con un mínimo de calidad.
Gracias a ellos, también, lo que vemos es que se conseguirá mejorar el rendimiento del carburante en el momento de quemado y facilitan la inyección gracias al efecto detergente y anticorrosión. En el caso del diésel, los aditivos contribuyen a reducir su potente y característico olor.