La velocidad de la luz está cifrada en 300.000 kilómetros por hora, una cifra gigantesca que se antoja como algo imposible si pensamos en lo que estamos acostumbrados. Sin embargo, conseguir viajar a más de esa velocidad se ha convertido en toda una obsesión para muchos científicos en las últimas décadas, ya que hacerlo posible sería el primer paso para que el ser humano pudiera viajar por el espacio.
El ser humano siempre ha sido «inquieto» por naturaleza. Fueron muchos los siglos en los que viajes y exploraciones de todo tipo se sucedieron hasta que se descubrió cada lugar del planeta Tierra. Ahora, el ser humano lleva poniendo mucho esfuerzo en los últimos años para viajar al espacio, un lugar tan grande como inexplorado. Empresas como SpaceX ya comienzan de hecho a ofrecer los primeros vuelos espaciales civiles, aunque estos son un tanto limitados. Si queremos ir a planetas más alejados, incluso más allá del sistema solar, necesitamos hacerlo más rápido que la velocidad de la luz, pero, ¿es esto posible?
La teoría de la relatividad, clave para entenderlo
Para entender el concepto de viajar más rápido que la velocidad de la luz nos tenemos que remontar a principios del siglo XX, justo al momento en el que Albert Einstein publicó su archiconocida teoría de la relatividad. Esta teoría sienta las bases de muchos principios que a día de hoy siguen siendo fundamentales para cualquier físico del planeta, y también arroja un concepto clave sobre el tema que nos atañe hoy: ningún objeto con masa puede viajar más rápido que la luz. Eso se debe a que la aceleración que sufriría un objeto para viajar a la velocidad de la luz provocaría un incremento de su masa y una deformación que es inasumible a día de hoy.
Además, la velocidad de la luz es una constante, nunca varía. Esto choca directamente con el resto de velocidades que podemos apreciar en el universo, que siempre son relativas y que dependen de una serie de factores. Esta constante tiene una consecuencia que se conoce como «dilación temporal», que significa que el tiempo transcurre más despacio para las personas que viajan en vehículos muy rápidos en relación con aquellas que están sin moverse.
¿Cómo afecta esto al concepto de viajar más rápido que la velocidad de la luz? Si tenemos en cuenta que para llegar a esas velocidades la masa del objeto o de la nave en cuestión tendería a aumentar de manera casi infinita, por lo que la energía que se necesitaría también tendería al infinito, algo que como sabemos no está al alcance del ser humano con la tecnología que hay creada a día de hoy. Además, el tiempo no pasaría de la misma manera para las personas que estuvieran dentro de la nave y para el resto de la humanidad, lo que también se conoce como la paradoja de los gemelos.
Entonces, ¿no es posible superar la velocidad de la luz?
Como decimos, a día de hoy no disponemos de ninguna tecnología que nos permita viajar más rápido que la velocidad de la luz. Sin embargo, algunos científicos han desarrollado teorías que nos muestran que si es posible, aunque por supuesto en la práctica aún están lejos de convertirse en realidad.
Viajar a través de un agujero de gusano
Los agujeros de gusano, también conocidos como puente de Einstein-Rosen, se podrían considerar como una especie de «atajo espacial». Estos se basan en la teoría de que el espacio es capaz de curvarse, por lo que se crearía una especie de «túnel» que haría que recorrer una distancia por él sería mucho más rápido que hacerlo de manera normal.
Si pusiéramos esta teoría sobre la práctica, lo cierto es que estaríamos haciendo trampa, ya que no estaríamos viajando más rápido que la luz, sino que lo estaríamos haciendo por una vía más corta. El problema, también en la práctica, de los agujeros de gusano es que se tratan de algo más bien teórico, y a día de hoy no existe ningún tipo de tecnología o teoría que nos permita producir estos a voluntad.
Propulsión por distorsión del espacio-tiempo
Esta teoría, impulsada por Miguel Alcubierre, siempre ha sido considerada como una de las más plausibles, ya que respeta completamente la teoría de la relatividad de Einstein. Como, en teoría, ningún objeto con masa puede viajar más rápido que la luz, Alcubierre da una solución bastante original: deformar el espacio-tiempo.
Explicada de manera sencilla. Esta teoría defiende que gracias a la propulsión por distorsión sería posible expandir el espacio tras nosotros y comprimir, a la vez, el espacio que tenemos delante. Curiosamente, este tipo de tecnología ya lo hemos podido ver en grandes películas de ciencia ficción como Star Trek, donde las naves consiguen hacer este tipo de viajes gracias a unos motores de curvatura.
Esta teoría también tiene algo de trampa, ya que en realidad tampoco estaríamos viajando más rápido que la velocidad de la luz. Lo que estaríamos haciendo, en realidad, es aprovecharnos de las cualidades del espacio, aunque de esta manera sí que conseguiríamos llegar a lugares que hasta el momento el ser humano solo puede soñar.
Fuente obtenida de: https://www.adslzone.net/noticias/ciencia/viajar-rapido-velocidad-luz/