“Me suplantaron la identidad y acabé en el calabozo”, dice Mohamed Kadari, de 25 años y de Olesa de Montserrat (Barcelona). Durante la pandemia buscaba trabajo y vio en la aplicación Indeed una buena oferta como transportista. “Me seleccionaron en seguida y necesitaban DNI y carné de conducir por ambas caras, cuenta bancaria y número de afiliación”, explica. Lo mandó y nunca le llamaron ni supo más hasta que en junio de 2022, al levantarse, fue la policía local a su casa con una citación judicial.