La electrificación del transporte es un paso imprescindible para reducir las emisiones de CO2 y frenar una crisis climática provocada por la quema de combustibles fósiles. Pero obviamente, un cambio de esta magnitud despierta muchas dudas. Una de ellas es si debemos cambiar ciertas costumbres al usar un coche eléctrico. Y la realidad es que sí.
La adaptación al coche eléctrico es fundamental
Y es que conducir un coche eléctrico va mucho más allá de lo que puede ser circular por zonas que antes nos eran prohibidas o, en su caso, de recargar la batería cada cierto tiempo y estar pendiente de cuánta autonomía restante nos queda para moveros de un sitio a otro.
Así, los coches eléctricos tienen unas características que difieren mucho de lo que se puede encontrar en otro tipo de vehículos. Y esto hace que los conductores, casi sin darse cuenta, cambien sus hábitos de conducción y hasta su manera de entender la movilidad.
Como tal, este tipo de vehículos se han hecho un hueco en las carreteras españolas por su comodidad y el compromiso de muchos conductores con la reducción de las emisiones de CO2, pero al mismo tiempo necesitamos adoptar los hábitos que teníamos previamente con nuestro diésel y gasolina para adaptarnos al electrificado.
Qué es lo que no tenemos que hacer
De esta manera, tengamos ya más experiencia o seamos unos recién llegados a esta modalidad eléctrica, es cierto que son muchos los conductores que no se dan cuenta, pero realizan acciones cotidianas, asentadas por el paso de los años y reforzadas por esa a menudo equívoca cultura popular del automóvil, que pueden llegar a resultar perjudiciales para el mismo vehículo.
Es justo así que puede que tener el vehículo descuidado, o no estar atento a como funcionan determinados componentes, pueda parecer un asunto insignificante, pero en absoluto lo es. Y más si se trata de la que puede ser la batería del propio coche eléctrico.
Deja de aparcar el coche al sol
Con la llegada de los coches eléctricos el filtro entre sitios aceptables e imposibles va a aumentar a la hora de aparcar el vehículo, pero esto es algo que tendremos que cambiar si no queremos que la batería del coche se dañe.
Si con un coche de combustión lo peor que puede pasar al aparcar en un hueco pequeño en el que el sol incide durante todas las horas que lo vamos a dejar ahí es quemarnos las manos al ponerlas sobre el volante; con uno eléctrico podemos provocar un auténtico desastre: quedarnos sin batería sin posibilidad de recargar.
Olvida las luces encendidas con el motor parado
Es verdad que esta peligrosa costumbre también acaba con la batería de un coche de combustión, y de hecho es más que recomendable que tampoco lo hagamos con un diésel o gasolina. Y para el caso del coche eléctrico, también,
Esto es porque la cosa puede ser aún más grave, pues podemos destrozar por completo su vida útil y tener que pagar por un recambio (lo que, adelantamos, no es nada barato).
No uses la calefacción, la radio o el aire acondicionado con el coche apagado
Para muchos conductores es indispensable, antes de ponerse a maniobrar para desaparcar el coche e iniciar el viaje, poner la radio o encender diversos sistemas de entretenimiento.
Esto se da como un gesto común, y casi involuntario, que puede dañar seriamente la batería de nuestro eléctrico, pues al encenderlos con el motor apagado le obligamos a hacer un gasto extra de energía. Y es que tanto la radio, como el aire acondicionado o los dispositivos enchufados consumen gran parte de la batería cuando el coche está apagado.