Las contraseñas es algo que utilizamos desde hace muchos años y forman parte de nuestro día a día. Las usamos para entrar en el correo, redes sociales, iniciar Windows… Ahora bien, desde hace algún tiempo podemos decir que están llegando a su final. Al menos, eso es lo que parece. Pero, ¿qué problemas podríamos tener? En este artículo vamos a hablar de ello. Vamos a explicar qué puede pasar si dejamos de usar claves de acceso como tal.
Los problemas de no tener contraseñas
Podemos decir que es un sistema que será muy útil en el futuro. Vamos a eliminar muchos riesgos de seguridad, ya que hoy en día hay muchos métodos por los que podrían robar las claves de acceso. Eso hará que la seguridad aumente. Sin embargo, a día de hoy estamos lejos de realmente estar preparados para enterrar las contraseñas. Hay algunos problemas aún por resolver.
Vas a depender de otro dispositivo
Uno de los problemas es que en muchos casos vamos a depender de otro dispositivo. Por ejemplo, existen llaves, que son como un pequeño pendrive, para iniciar sesión. Son útiles, ya que nos permiten entrar de forma segura en nuestras cuentas simplemente con tener esa llave a mano.
Pero, ¿eso es realmente fiable? Piensa en una posible pérdida, que por algún motivo deje de funcionar, etc. Vas a necesitar poner una contraseña para entrar en esos casos. Por tanto, ese método podría tener puntos débiles en muchos casos y hacer dudar a aquellos que quieran dejar de utilizar contraseñas y pasar a otra opción.
La domótica también permite poco a poco dejar de usar contraseñas. Incluso para entrar en casa, si tienes una cerradura inteligente simplemente usas tu móvil y puedes entrar sin necesidad de poner códigos. ¿Qué pasa si el móvil se queda sin batería o lo pierdes? Nuevamente tendrías que volver a usar otro método más tradicional.
Incompatibilidad de muchos servicios
También está el problema de la incompatibilidad. En pleno 2023, es cierto que vemos cada vez más servicios online que apuntan al uso de métodos alternativos a las contraseñas. Sin embargo está claro que estamos aún muy lejos de tener una gran compatibilidad para usar todas las plataformas de nuestro día a día sin claves.
Seguramente lleguemos en algún momento a un punto en el que convivan muchos servicios sin contraseñas, pero otros muchos que sigan con las claves de acceso tradicionales. Va a ser un proceso que durará años y no será sencillo ni para los usuarios finales, ni tampoco para los responsables de páginas web o plataformas online que tengan que ir incorporando estos métodos de autenticación alternativos.
Barrera de aprendizaje
Dejar de usar contraseñas puede ayudarnos a evitar keyloggers y otros problemas. Pero algo que va a ocurrir es que existirá una barrera de aprendizaje. Llevamos décadas usando contraseñas. Pasar a métodos donde no tenemos que poner claves no va a ser fácil para todo el mundo. Va a haber un proceso que puede durar años.
Piensa, por ejemplo, en el proceso de la banca online y en cómo gente mayor ha tenido (y tiene) dificultades para entrar online a realizar trámites. Todo lo nuevo tiene también una barrera de aprendizaje que en ocasiones puede ser bastante importante. Vamos a encontrarnos con ese problema cuando dejemos de usar contraseñas.
En definitiva, como ves las contraseñas parece que tienen sus días contados o al menos es la intención de muchas plataformas online. Sin embargo, como hemos visto hay diferentes problemas que todavía quedan por solventar y que pueden acompañarnos durante muchos años.