¿Qué averías son más frecuentes en vehículos eléctricos e híbridos? ADSLZone

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Cuánto se estropean este tipo de vehículos

Las averías de los coches híbridos y eléctricos son uno de los temas que más cuestiones se plantean a la hora de pensar en comprar un automóvil de nueva generación. Su expansión es inversamente proporcional al tiempo que llevan entre nosotros y muchos posibles compradores desconocen qué problemas tienen, sobre todo cuando los kilómetros empiezan a acumularse. A su vez, surge otra pregunta igual o más grave: ¿cómo las resolvemos?

El problema a la hora de reparar estos coches es que no son parecidos los vehículos de toda la vida, que bastaba llevar al taller más cercano. Sobre todo, en lo que tiene que ver con los automóviles no híbridos. Y es que, debido a que tienen una serie de componentes bien diferenciados al de un vehículo de combustión o gasolina, todavía los distintos lugares de reparación no cuentan con una disposición total y completa hacia los mismos.

Teniendo en cuenta estos hechos, los fabricantes y responsables de las marcas explican que, si bien los coches eléctricos tienen bastantes menos averías frente a uno convencional (no utilizan correa distribución, ni embrague, ni tubo de escape), lo cierto es que sí que las siguen teniendo. Además, algunas pueden ocurrir de manera más frecuente. Lo más llamativo es que la inmensa mayoría de los fallos que padecen los coches eléctricos se deben a una mala manipulación por parte del usuario. Esto, principalmente con la toma de carga, que es con diferencia el componente que más fallos presenta.

Claves de mantenimiento

Es verdad que las visitas al taller mecánico para los dueños de coches eléctricos suceden con menor frecuencia. Esto se deba a que cuentan con 60% menos componentes que un coche convencional. A menor número de piezas, menor riesgo de sufrir averías.  Son piezas que con el paso del tiempo se desgastan y fallan en un coche de gasolina o diesel. Pero nunca tendrás ese problema en un eléctrico, como tampoco en uno híbrido.

De hecho, entre los rankings de fiabilidad, es habitual ver a coches híbridos como el que menos se avería. Algunos estudios del sector del motor confirman que los eléctricos permiten ahorrar entre el 40 y el 50% en la factura del taller (mantenimiento y fallos) frente a un coche de combustión interna.

Sus grupos motopropulsores son mucho más simples. El motor eléctrico es mucho más sencillo y fiable que cualquier motor de combustión interna, y la tecnología es aún más veterana, datando de mediados del siglo XIX. Los coches eléctricos prescinden en su gran mayoría de cajas de cambios. Ellos cuentan con un simple sistema de engranajes que transmite la potencia a las ruedas, además de un diferencial. Estas transmisiones tienen una relación fija y carecen de marcha atrás, ya que para ir hacia atrás basta con invertir la polaridad del motor eléctrico.

El punto clave del mantenimiento es comprobar el correcto aislamiento de las conexiones entre batería y motor eléctrico, así como las masas del coche. Esta inspección requiere equipamiento específico y un técnico especializado en coches eléctricos, pero no es una labor compleja y no suele repercutirse un coste alto al cliente. Por lo demás, un coche eléctrico necesita cambiar su líquido de frenos, así como pastillas y discos de freno (aunque los desgastes no suelen ser muy altos gracias a la frenada regenerativa).

Averías generales en vehículos híbridos

De lleno en los vehículos híbridos, sus averías y fallos suelen ser más bajas que en uno electrificado. Donde, dada la naturaleza mixta de su mecánica, bien sean coches híbridos o híbridos enchufables, hay partes, piezas, elementos o estructuras que deben ser revisadas más a fondo. Todo al tiempo que se ven afectadas de manera más considerable que en los automóviles con mecánicas tradicionales.

La tecnología en los coches híbridos supone que un vehículo que está equipado con un sistema de propulsión combina la fuerza de un motor de combustión y uno eléctrica. Las averías más comunes en estos vehículos son las siguientes.

  • Avería en caja de cambios asociada al inversor. Este es el mayor problema que podría pasarle a un coche híbrido. Esta es una pieza imprescindible del coche. La probabilidad que se estropee es baja, pero igualmente la avería condicionaría el funcionamiento del vehículo. Este componente tiene tres funciones básicas: hace de motor de arranque, es un alternador que genera energía y hace a la vez de caja de cambios.
  • Avería en la junta de culata. Este tipo de averías suele ocurrir cuando se llega a los 300.000 kilómetros. Se trata de una cifra importante, ya que de ser alcanzada demuestra fiabilidad del vehículo. Se aconseja reemplazar también la batería de servicio para garantizar un funcionamiento equilibrado.
  • Fallo en el cableado. A través del paso del tiempo y de los kilómetros recorridos, suele ocurrir que los cables empiecen a sufrir deterioro. Tanto, que pueden llegar a quemarse cuando se pasa de los 60.000 kilómetros. El precio para repararlo puede variar según el alcance de la avería, 100 euros o inferior si solo hay que cambiar el cableado, pero si la reparación supone remplazar tanto de los cables como de la batería, el coste podría llegar a los 7.000 euros.
  • Detrimento en el conector de servicio. A diferencia de las averías de los vehículos eléctricos, los coches híbridos enchufables pueden tener problemas en el conector de servicio. Esto puede ser debido a cuando están recargando, en donde, durante el proceso de carga, alcanza unas temperaturas muy altas que en casos extremos puede hacer que se queme. Se recomienda hacer cambios para prevenir.

Fallos en coches eléctricos

Como hemos visto, los automóviles híbridos se diferencian en que algunos desperfectos pueden llegar a ser más problemáticas que en el caso de las averías de los vehículos eléctricos. Esto es porque, al no contar con una mecánica mixta sino únicamente electrificada, sus componentes se deterioran menos, pero a veces de manera más frecuente que con respecto a los anteriores.

Averías vehículos eléctricos híbridos

Por su parte, y como algo que nunca tendrás que hacer, es cambiar la caja de cambios, porque literalmente el coche eléctrico no cuenta con una. En esto, más bien, contamos con un tipo de transmisión, que es directa, y que tiene una única marcha. En total, el número de componentes de un vehículo eléctrico es un 60% inferior al de un coche tradicional, lo cual reduce considerablemente las posibilidades de que la rotura de una pieza se traduzca en una avería.

Toma de carga

El principal foco de estos automóviles es la toma de carga. Normalmente, los fallos en la carga se deben a una mala manipulación, principalmente por roturas en el bloqueo que evita que nos puedan robar el cable o desenchufar el coche mientras recarga.

El motivo es que tiramos del cable sin haber liberado el bloqueo, lo golpeamos mientras está enchufado o el propio conector del cable se nos cae al suelo y se rompe.  También, en ocasiones tendemos a forzar el sistema para que entre bien el enchufe (si lo tenemos que forzar es porque no lo estamos poniendo bien). Esto llega a ser expuesto a una fuerza innecesaria, lo que suele comprometerle, formando parte de las averías en vehículos eléctricos más comunes.

En otras nos olvidamos de liberar el sistema de bloqueo y tiramos del cable. Algo que, a base repetirlo, las pestañas que sujetan el enchufe terminan cogiendo holgura cuando no directamente se rompen.

Batería

Entre las averías en vehículos eléctricos encontramos problemas con la batería. Se trata de uno de los componentes cruciales que requiere una revisión periódica y sustitución forzada cuando agote su vida útil. Es un costo adicional importante, pero tolerable porque la vida media de las baterías de litio ronda entre los 10 y 15 años.

Fallos batería

La degradación de este componente dependerá de las condiciones de uso, los ciclos de carga y los hábitos de manejo. Para evitar este problema, toma gran importancia el sistema de refrigeración empleado para las baterías. Los que están refrigerados por líquidos ofrecen menos problemas que los que se sirven del aire.

Filtro de partículas

El filtro de partículas juega un papel esencial dentro de las normativas anticontaminación. Este elemento, conocido como FAP, es una trampa de partículas van acumulándose hasta que la centralita del coche determina que es el momento de destruirlas.

La regeneración, que es como se llama a este proceso, se lleva a cabo cuando el filtro de partículas alcanza una temperatura de entre 500 y 750 grados centígrados, algo repetido en determinados momentos como parte de este tipo de averías en vehículos eléctricos. De esta forma, y de una manera parecida a lo que vemos en el coche de combustión, es necesario que se cambie por uno nuevo cada 12.000 km o bien una vez al año.

Neumáticos y frenos

Asimismo, tienen otros muchos elementos comunes con los tradicionales que pueden fallar. Así, es básico el cuidado de los neumáticos, especialmente porque su degradación no es la misma que puede verse en un coche común. Aquí es importante observar que, para que la autonomía sea la óptima, su desgaste y su presión tienen que ser las precisas.

Para eso, y como algo muy práctico, debemos de contar con mecánicos expertos que nos aconsejarán su sustitución por los más adecuados para este tipo de coches. Por tanto, y luego de su posterior revisión y estado, habrá que cambiarlos y vigilar su desgaste y rodadura. Sobre todo, para mantener la seguridad ideal y acorde a sus prestaciones.

En cuanto a los frenos, se ha de vigilar también el nivel de líquido y cambiar las pastillas en caso de que estén desgastadas. El sistema de frenado de un coche eléctrico es ligeramente distinto y hace que el vehículo sufra menos por lo que ahorrarás algo de tiempo y dinero en estas operaciones de mantenimiento.

Fuente obtenida de: https://www.adslzone.net/e-movilidad/coches/averias-coches-electricos-hibridos/

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Kamal Majaiti
Administrador de sistemas e informático por vocación.
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