Así, las ventas de vehículos eléctricos durante alcanzaron un crecimiento del 30% el pasado año, si se compara con el mismo periodo de 2019. Un acumulado que ya está haciendo grandes pasos en firme este 2021, y gran parte de la culpa la tienen este tipo de coche eléctrico que hace, entre otros, porque podamos ahorrar una buena cantidad de dinero en su consumo frente a los de gasolina o diésel. Asimismo, cabe mencionar que las mediciones de un automóvil y otro son bien distintas.
Qué es el consumo de un coche eléctrico
Averiguar cuánto gasta uno de estas características se puede hacer de muchas maneras. Bien es verdad que cualquiera de los modelos que hay en el mercado dispone de una aplicación con la que controlar la energía que consume. Como habrás leído otras veces, puede que el precio de adquisición de un 100% electrificado sea más elevado por el coste de sus baterías.
Pero también es verdad que una vez lo tienes en el garaje, ya puedes olvidarte de cambios de aceite, correas y cualquier otro consumible que no sean las escobillas de los limpias, el filtro del habitáculo y las ruedas. Para conocer cómo se rigen estos consumos tener que prestar atención a su medida, los kilovatios-hora, en concreto, los kwh/100 km. Esta es la cantidad de kilovatios-hora consumidos cada 100 kilómetros. En vez de usar los litros cada cien km, el consumo de un coche eléctrico se mide en kWh/100 km. Fácil, ¿verdad?
Aunque normalmente ponemos el foco en la autonomía, conocer el consumo del coche nos permitirá tener una idea más precisa sobre la eficiencia del mismo. También para tener una estimación del coste por km recorrido, ya que cuanto menor sea el consumo, menos dinero gastaremos para recorrer una misma distancia. Ahora bien, ¿cómo saber si un automóvil consume mucho? ¿Cuál es una cifra baja? Ahí tiene mucho que ver la eficiencia energética, un punto clave en el proceso de medición del consumo de un coche eléctrico.
La eficiencia energética, clave
En primer lugar, lo destacable es que estos eléctricos no consumen combustibles fósiles, pero eso no significa que utilizarlos sea gratuito. Suponen un ahorro tremendo, pero no es gratis, como es lógico. De esta manera, el consumo se trata del punto más importante a tener en cuenta. Sin necesidad de hacer cálculos, es sabido que los motores eléctricos son mucho más eficientes energéticamente que los motores a combustión.
Es esa eficiencia energética la que nos terminará diciendo cuán de bueno es el consumo que tendrá nuestro coche eléctrico. Esto influye directamente del origen de las fuentes de las que se obtenga la electricidad dentro del parque generador, ya que una central térmica puede tener una eficiencia entre el 35% y 60% y otra con fuentes renovables del 100%.
De esta manera, el vehículo convencional de gasolina, con motor de combustión interna, tiene una eficiencia global del 25%. Es decir; que de la energía del combustible introducido en el automóvil sólo se obtiene en forma de energía mecánica para el movimiento de las ruedas el 25%, lo que hace por desaprovecharse el 75% restante.
¿El motivo? Los rozamientos dentro del motor, en la tracción o los propios factores termodinámicos limitadores del rendimiento en los motores de explosión. Por su parte, en otro tipo de vehículos, como el híbrido (HEV), la introducción de un motor eléctrico, además del convencional, contribuye a la mejora de la eficiencia energética hasta alcanzar niveles del 30%.
Esto es algo que se hace muy notorio con el que es el 100% electrificado. Aquí, las estimaciones muestran una eficiencia que alcanza el 77% si la electricidad que carga las baterías del BEV tiene un origen plenamente renovable y un 42% si el mix de generación eléctrica está basado en gas natural. Lógicamente, el híbrido enchufable, el PHEV, dado que es una combinación de motor convencional y eléctrico, tendrá una eficiencia mixta entre el 31-49%, según la utilización de los mismos, muy superior a la del vehículo convencional o el híbrido tradicional.
Cómo se mide
A la hora de comprar uno nuevo, este baremo se basa en la relación de kilómetros y litros. Según la cantidad de litros consumidos por cada 100 Km, se puede identificar si este consume mucho o poco. El problema que se encuentra en los coches electrificados es que no hablamos de litros/100 Km, sino de kWh/100 Km. El error recae en hacer una equivalencia.
Es decir; que no es lo mismo 5 litros/100 Km que 5 kWh/100 Km. Por tanto, independientemente de lo que se considere eficiente con motores a gasolina, no podemos establecer una relación de equivalencia entre litros y kWh. Actualmente, un consumo que esté en el entorno de los 18 kWh/100 km es un consumo razonable, por debajo de esta cifra estaremos ante coches muy eficientes.
Los modelos más eficientes que se comercializan en la actualidad están en el entorno de los 14 o 15 kWh/100 km. Hay casos como el Ioniq de Hyundai que lo hace en 11-12 kWh/100 km, pero no suele ser la tónica habitual. Esos serían, de cerca, las cifras más buenas o mejores que pueden tener hoy este tipo de automóviles.
Al mismo tiempo, también se les puede considerar un consumo elevado cuando se superan los 20 kWh/100 km. ¿Y cómo se hacen estas mediciones? Pues de la mano del ciclo WLTP, el cual llegó hace unos años al sector y lo revolucionó casi por completo. Este es un protocolo internacional que tiene la finalidad de determinar los consumos y emisiones de cada vehículo para su posterior homologación.
Obligatorio para pasar la revisión y aprobación de este tipo, se hace de la mano de dos requisitos obligatorios:
- Batería completamente cargada. Como lo haría el depósito de combustible de un modelo de combustión, el vehículo se vuelve a conectar al cargador, cuyo cable está equipado con un medidor. Este dispositivo es el que mide la cantidad total de corriente, y el que también puede detectar las posibles pérdidas de energía de la batería durante el proceso de carga.
- Posibles pérdidas de energía. Una vez cargada la batería al 100%, el valor que marque el medidor se divide por la cifra de autonomía que se ha determinado en la prueba realizada en el banco. El resultado es una cantidad, medida en kWh/100 kilómetros, que corresponde con el consumo de electricidad de un modelo en concreto, unas mediciones que se han de repetir con los diferentes diámetros de llantas y equipamientos opcionales.
Factores y niveles según condiciones
Una vez conocidas estas mediciones de consumo para el eléctrico, es importante tener en cuenta que no vamos a tener nunca el mismo registro en ciudad que en carretera. Esto es debido a que aquí entran diferentes parámetros y factores que repercutirán directamente en los niveles cifrados.
Y ahí entran, por lo general, los costes. Poniendo un precio de la energía doméstica diurna de 0,158 euros por kw, hacer 100 kilómetros costará unos 2,054 euros. Por lo que podemos afirmar que conducir con un coche eléctrico supone menos de la mitad del gasto de un coche tradicional de combustible. Ahí es donde entran factores a considerar durante nuestros movimientos.
Porque sí es verdad que, aunque nos podamos desplazar a dos lugares distintos con un recorrido similar (100 km), las condiciones que nos encontraremos en el trayecto no serán iguales, lo que hace por afectar severamente a los niveles de consumo. Por ejemplo, en carretera, nuestros registros podrán ser, habitualmente, más elevados. En cambio, en ciudad, esto se tiende a normalizar (sus cifras son las que más concuerdan con el ciclo WLTP de homologación).
Ciudad
La ciudad es gran enemiga del gasto para un coche de motor de combustión. Cada frenazo, cada acelerón, cada cambio de marchas supondrá un consumo considerable. Sin embargo, para un vehículo con tecnología EV, el tráfico urbano es su gran aliado porque la autonomía de un automóvil eléctrico en la ciudad se multiplica.
Puestos a comparar, aquí tendríamos datos de un euro cada 100 km, mientras que el gasto de gasolina en un coche medio de combustión puede rondar los siete u ocho euros cada 100 km. Además, si se es un urbanita, la gran ventaja es que podremos recargar el vehículo en casa, con el ahorro y la comodidad que ello conlleva frente a las estaciones de servicio.
Carretera
Si nos dirigimos a la carretera o a trayectos más largos, lo cierto es que el gasto de energía eléctrica se dispara. Tanto, que puede incrementarse por encima del 50% ciento si se superan los 120 km/h. En el caso de los diésel o gasolina generalmente es al contrario. Y es que, como hemos visto, el coche eléctrico tiene un consumo mucho menor en ciudad que en carretera, a diferencia de los de motor de combustión.
También, a la hora de conducir este tipo de vehículos, nos podemos encontrar con factores que hacen que un coche eléctrico dispare ese gasto, y entre ello está la calefacción. Al no tener un motor de combustión que emita calor, el climatizador tiene que funcionar a un mayor rango e incrementa el consumo. Lo mismo puede suceder con la luneta térmica u otros elementos eléctricos que conectemos.
Fuente obtenida de: https://www.adslzone.net/e-movilidad/coches/medir-consumo-coche-electrico/